sábado, 16 de mayo de 2009

PAPEL DE LA CEPAL Y EL FMI EN EL DESARROLLO ECONÓMICO DE AMÉRICA LATINA 2.005 A 2.008



Según informes de la CEPAL en el año 2005 la economía de nuestra región fue una en donde los indicadores fueron positivos, esto se debió a la reducción del desempleo pobreza y el riesgo de cada país. Menos países se endeudaron esto hizo que los países redujeran el endeudamiento publico. Las exportaciones se han convertido en la locomotora de muchos de nuestros países esto debido al crecimiento del comercio mundial, al de China y Estados Unidos. Los países en este año 2005 decidieron ahorrar y dejar de gastar ya que aumentaron los ingresos fiscales los presupuestos se volvieron más equilibrados y de menor inflación, esto condujo a que las monedas de algunos países se apreciaran con respecto al dólar y otras divisas esto hacia que disminuyera la competitividad de las exportaciones, para esta la CEPAL recomendó diversificar y agregar valor a las exportaciones y aumentar la inversión, en especial en infraestructura.


Para el año 2006 Latinoamérica disfruta de una de las mejores coyunturas en el entorno internacional, nuestra región supero la incertidumbre que significó un año plagado de elecciones presidenciales, las estimaciones de crecimiento para la región se ubicaron en un entorno del 5%, Los términos del intercambio mejoraron en general, fundamentalmente para los países de América del Sur, exportadores de bienes hacia economías con fuerte crecimiento como las de China e India. Las exportaciones tuvo un aumento del 8% y una mejora del 7% en su valor, las abultadas remesas enviadas de diferentes países hizo que evolucionara positivamente la cuenta corriente. La inflación siguió bajando quedando en un promedio de 3.9%. Siguió bajando la deuda pública pero el desempleo aunque tuvo una disminución sigue muy alto. Uno de los objetivos de la CEPAL es el de reducir a la mitad del número de pobres para 2015, para esto el comportamiento de la economía estaba ayudando mucho, por eso que si bien la región ha crecido en 2006 y ha puesto en orden los indicadores macroeconómicos, todavía el desempleo, la corrupción, la pobreza, la desigualdad, la alta migración y las desigualdades a la hora de comerciar, siguen siendo obstáculos que América Latina y el Caribe tiene que superar.


A pesar de ese cuadro positivo, la cuenta corriente exhibió dos cambios preocupantes en 2007, el ritmo de las importaciones supero al de las exportaciones o que obedeció al gran dinamismo de las importaciones de bienes de capital merced al incremento de la inversión en maquinaria y equipos, el alza de los combustibles, la apreciación de las monedas y, con excepción de Centroamérica, la baja expansión del volumen exportado. En segundo lugar, las transferencias corrientes desde el exterior, principalmente compuestas por remesas, registraron un reducido aumento del 3,3% en 2007, tras crecer un 20,1% el año anterior, en razón del menor dinamismo del crecimiento y el empleo en los Estados Unidos.


Lo destacado para esta época es el aumento de la inversión con proporción al PIB El consumo privado se expandió un 6,9%, en tanto el consumo público aumentó moderadamente, un 3,8%. Gracias a esta evolución del ingreso y el gasto, el ahorro nacional alcanzó a cubrir con creces la inversión. En 2007 los salarios reales volvieron a exhibir un bajo crecimiento, de un 1,1% en promedio simple, a pesar de las mejoras en el mercado laboral. La inflación, por su parte, acusa un quiebre respecto de su anterior tendencia descendente. Debido a las alzas de los combustibles y los alimentos, la mayoría de los países registran niveles inflacionarios significativamente mayores que los de años anteriores y en muchos casos exceden las metas propuestas por los bancos centrales. La desaceleración de las economías desarrolladas podría llevar a una reducción de la demanda de bienes primarios, por lo que no se descarta una baja de sus precios internacionales, fenómeno que afecto en mayor medida a los países de América del Sur. El incremento de la inflación externa para la región, al transmitirse a los precios internos, provoco significativas alzas de la inflación interna, que en muchos casos exceden las expectativas previstas, así como las metas correspondientes de los bancos centrales. En efecto, en 2007 la tasa de inflación en la región pasó de un 5% a un 6,4%, en promedio ponderado, tendencia que se agudizó en 2008, al llegar a un 8,4% anual. En promedio simple, el alza fue de un 6,4% a un 8,4% en 2007 y a un 11,3% en mayo de 2008. El alza de los precios ha sido mayor en el caso de los alimentos que del resto de los bienes, por lo que se estimo que tuvo efectos negativos en la distribución del ingreso y en el consumo, dado el lugar preponderante que ocupan en el gasto de los hogares de menores ingresos.


Para el 2008 la preocupación o el mayor obstáculo para el crecimiento mundial es la desaceleración de la economía de Estados Unidos, ya que el último trimestre la crisis se presentó mucho más severa en ese país, y registró una tasa de crecimiento por debajo del 1%. Las economías avanzadas crecieron a una tasa anualizada colectiva del 1% durante el período transcurrido entre el cuarto trimestre del 2007 y el segundo trimestre del 2008; frente al 2.5% registrado en los primeros tres trimestres del 2007. La economía estadounidense es la que más sufrió los efectos directos de la crisis financiera, pues sólo creció en 1% en promedio desde el cuarto trimestre del 2007. Dentro la región, el aumento de la tasa de inflación fue más agudo, que la inflación mundial, especialmente en los países con regímenes cambiarios menos flexibles como Venezuela y Bolivia. Durante el 2008, la inflación llegará al 8.5%; considerando que esta tasa de inflación provino en gran medida por el incremento de los precios de la energía y de los alimentos, agudizados en algunos países por los efectos climatológicos. Según las proyecciones del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), consideraron la caída en la tasa de crecimiento mundial, es decir, que la economía el 2008 creció una tasa del 3.8%, inferior al registrado la gestión 2007 que fue de 5%, y que el 2009 crecerá 2.2%. La región ha tenido un espectacular desempeño durante los últimos tres años, en los que se lograron tasas de crecimiento altas en las economías y se afianzaron las finanzas públicas de los países, gracias al contexto externo favorable, básicamente explicado por el elevado nivel de precios de las materias primas. A partir del tercer trimestre del 2008 el dinamismo económico de la región se vio empañado por las actuales perturbaciones mundiales que aparecen enmarcadas dentro de shocks negativos, como la paralización del mercado crediticio, la contracción de la demanda externa, y el descenso de los precios de las materias primas. América Latina deja atrás un período de notable crecimiento logrando de forma paralela un fortalecimiento de los balances tanto comercial como fiscal.







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